Pitágoras

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Periodista.- Nos encontramos hoy, en un lugar secreto, con Pitágoras de Samos, líder espiritual de los llamados pitagóricos, una hermandad de filósofos fundada alrededor del s.VI a.C. Se nos ha dicho que es muy peligroso contemplar al maestro directamente, por la luz cegadora que desprende, así que va a contestar a nuestras preguntas desde detrás de una cortina dorada.
Sr. Pitágoras, ¿está ud. ahi?... (Silencio. Suena algún instrumento de cuerda muy raro)...
Pitágoras.- (distraído) Ah, perdona, estaba probando este monocordio eléctrico... (cambia a una voz gutural y muy solemne): Dime, hijo mío.
P.- Dicen de usted que es un gran amante de la música.
Pi.- Soy un gran amante en general. Sobre todo, de la sabiduría, pues soy filósofo, pero también de la música, que es el dulce señuelo de Sofía.
P.- ¿La música conduce a la sabiduría?
Pi.- La música es el sonido de la razón.
P.- Eso suena raro.
Pi.- (Entusiasmado) Escucha esta cuerda [suena do grave]. Si la pulsas justo a la mitad darás la misma nota, pero el doble de alta [suena un do una octava más aguda]. Y si la pulsas aquí, donde la cuerda hace dos tercios, obtendrás, exáctamente, una quinta nota, ¿oyes? [suena un sol]. Y oye, aquí, donde hace tres cuartos, una cuarta [suena un fa]. Toma ya ¡¡Alucina!! ¿No es increíble?
P.- Pues sí. Es algo digno de estudio.
Pi.- Tú lo has dicho: es algo... matemático. ¡¡Las matemáticas gobiernan el mundo!!
P.- Pero... ¿Y los dioses, maestro?
Pi.- Los dioses son los números
P.- Es muy extraño eso que cuenta.
Pi.- (extrañado, alucinado) Lo que cuenta... es que todo está sujeto a cuenta, medida, proporción... Todo el cosmos es... un enooorme instrumento musical...
P.- ¿Quiere decir, como dirá el sabio Galileo, que el mundo está escrito en el lenguaje de los matemáticos?
Pi.- Ja, ja, ja... Noooo. ¡Pobre Galileo! No fue más que una pobre reencarnación mía. El mundo no está escrito con números, hijito... (En voz baja, como loco) El mundo es número, sin más. Esa es la verdad simpar.
P.- (imitándolo, en voz baja también) ¿También nosotros dos somos número, maestro?
Pi. (Vuelve al tono altisonante) Todo lo es, amiguito. El Todo y cada una de sus partes. El Padre Uno sobre todo, pero también la Madre Dos, divisible y fertil, por cada lado. Todo ser es una razón exacta de lo impar y lo par, lo limitante y lo limitado. Quien conoce esa razón lo conoce todo.
P.- Pero maestro, los números son incoloros, no suenan ni saben a nada. ¿Está usted seguro de que los atardeceres, o el sabor de la miel son también números?
Pi.- ¿No sabes que saborear proviene de saber?. La ley que hace azules o dulces a las cosas no es más que número. Cualquier ciego o deslenguado que conociera ese número estaría más cerca del cielo y de la dulzura que tú.
P.- Pues no lo veo...
Pi.- Porque buscas con los ojos, y no con el alma.
P.- Allí de donde yo vengo, sabio Pitágoras, ya no creemos en el alma.
Pi.- Ja, ja, ja... Creéis más que ahora. Estoy harto de reencarnarme en físico matemático. Toda la grandeza de vuestra ciencia reside en los números. En el fondo de las cosas, como ya os dije yo, solo encontráis razón, fórmulas, información... Estructuras tan invisibles como el alma y que, como ella, todo lo mueven y gobiernan.
P.- (Burlón) ¿Pero cree ud. en la reencarnación, maestro?
Pi.- (Condescendiente) ¿Cómo explicaría usted el que los físicos piensen, en su hoy, con el ayer de mis ideas?
P.- ¿Las ideas viajan en el tiempo?
Pi.- Y en el espacio. ¿O no ve cómo nuestras voces se están empaquetando ahora, en forma de ceros y de unos, para enviarlas a nuestros queridos oyentes?
P.- Pues no lo había pensado así...
Pi.- Conviene, amigo mío, que purifique su alma. Escuche la armonía de los cielos, y verá como ud. también se torna armonioso y celeste.
P.- Gracias, maestro... ¿Podría darle un abrazo?
Pi.- Te quedarás ciego.
P.- Solo para lo que no importa ver.
Pi.- Veo que has aprendido algo.
P.- Hoy he elevado mi espíritu al cubo, oh Pitágoras.
Pi.- Llámame Pi.


De forma parecida a los pitagóricos, algunos físicos, matemáticos y filósofos actuales piensan que la realidad está constituida, en el fondo, de estructuras matemáticas. Todo en el universo sería reducible a ecuaciones y números, o a información codificable, como si todo lo que viéramos no fueran más que imágenes generadas por un gigantesco programa de ordenador.

¿Qué piensas tú? ¿Crees que todo, en realidad, es matemático?

Guión: Víctor Bermúdez . Actores: Jonathan González, Víctor Bermúdez. Producción: Antonio Blazquez. Música sintonía: Bobby McFerrin. Dibujos: Marién Sauceda. Idea original para Radio 5: Víctor Bermúdez y Juan Antonio Negrete.


2 comentarios:

  1. Platón no lo vio así, pero las verdaderas ideas son los números, toda la realidad se puede explicar a partir de ellos, lo difícil es hallar esta explicación. Las matemáticas son el reino de las Ideas.

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