Amor platónico.

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Eros y Psique, por Louis-Jean-François Lagrenée (d.1805)


Eremita.- ¿Oye, qué le pasa a Crisantra? Esta ahí tumbada mirando al cielo y ni se inmuta.
Primitiva.- Está enamorada.
Eremita.- ¿De Grutesco, ese que la persigue noche y día?
Primitiva.- Quiá. Se ha enamorado de un chico mayor. Un músico. Y él no le hace ni caso.
Eremita. - Pues si que le ha dado fuerte.
Primitiva.- ¡Siempre se quiere lo que no se tiene!
Eremita.- Claro, mujer, ¿no vas a querer lo que sí tienes?
Primitiva.- Pues podría liarse con Grutesco, es muy buen chico, se conocen desde pequeños y son tal para cual.
Eremita.- ¿Y para que vas a querer a alguien que es como tú? Para eso ya te tienes a ti.
Primitiva.- Pues es lo normal. Te emparejas con tu churri, con tu media naranja, ¿no?
Eremita.- Pues yo creo que solo te enamoras de verdad del que es diferente y mejor que tu.
Primitiva.- ¡Pues vaya gusto! ¡¿Para sentirte tú peor?!
Eremita.- No. Para aprender y desarrollarte.
Primitiva.- Eso suena fatal. Además, siempre vas a querer más a la otra persona que ella a ti. ¿Por qué se va a conformar ella contigo?
Eremita.- ¿Y qué? Lo que importa es amar, ¿no? Sin esperar que te correspondan. El amor no es un mercadillo.
Primitiva.- ¡¡Y una porra!! Yo quiero que me correspondan.
Eremita.- Shhh. Ahí viene nuestra enamorada.
Primitiva.- Ey, Cris, ¿donde estabas?
Crisantra.- ¡¡Hola!!... Pues... Creo que en el cielo.
Primitiva. - [Picarona] Pensando en tu Orfeo...
Crisantra.- Pues... la verdad que no sé si me he enamorado de una persona, o de lo ideal que me la imagino.
Primitivo.- O sea, que es feo.
Crisantra.- No. Pero después de hablar con él es como si me hubiera visitado un ángel...
Primitiva.- ¡Virgen del amor hermoso! ¡Tienes la cabeza llena de pájaros!
Crisantra.- … Sí, y de un montón de ideas nuevas. Aunque también de dudas. Y de preguntas...
Eremita. ¿Qué preguntas?
Crisantra.- … buf!...Muchas... que si quién soy yo, que si por qué el mundo es tan terrible y a la vez tan bonito, o que por qué tenemos que vivir como nos han enseñado, con todos esos cuentos de príncipes azules y...(la interrumpe el sonido de teléfono)... ¿sí? ¿quién es? [con emoción contenida]
Voz telefónica de Orfeo: Hola Cris.
Crisantra.- ¡Orfeo! ¡Qué sorpresa! [con emoción no contenida]
Voz de Orfeo.- Estaba tumbado bajo un árbol, mirando el cielo, y... me pareció verte en una nube...
Crisantra.- Ah... aaahh... (se desmaya)..
Eremita.- !Cris!... Oye, que te pasa... ¡Que esta se nos ha desmayado!
Primitiva.- [Enérgica] ¡Dame el teléfono! [Habla con Orfeo] !Oye, Orfeo, que te vengas ahora mismo...sí... que la has dejado grogui...así que que vengas, ya! ¡Ah, y traete tu piquito de oro, a ver si también sabes dar besos...!
Crisantra.- [Recuperándose]... Ah... qué pasa... ¿Va a venir Orfeo? [lánguida]
Eremita y Primitiva - ¡¡Quee síii!!



El amor nos hace verlo todo a la sombra de lo Ideal. El amante siempre busca en lo amado algo más allá de él, por eso nada de lo que se le da le satisface, y cada deseo cumplido es, tan solo, la antesala del siguiente. El hombre es el animal eternamente insatisfecho, pero también, por eso, perpetuamente enamorado.

En este amor por lo Ideal veían algunos filósofos románticos la condición trágica del hombre. La grandeza de nuestros deseos nunca casa con nuestra condición finita y mortal. Así, el afán de infinito se hace en nosotros un infinito afán, siempre abocado al fracaso.

Si embargo, en la versión más optimista de Platón, el amor es fuente de superación, y no solo de frustración. Nos empuja, más allá del deseo por lo sensible, hacia la conquista de Aquello Ideal a lo que todo lo amado apunta. Por eso nos hace mejores, más buenos y, sobre todo más sabios. Pues no hay forma más ideal de poseer lo que amamos que comprender lo que Es, en su Forma o Idea más pura, más allá de todo lo que parece y perece...

¿Qué decis? ¿Es posible el amor verdadero, o es el hombre una pasión inútil, eternamente condenada al fracaso? 


Guión: Víctor Bermúdez . Actores: Eva Romero, Gema Ortiz, María Ruíz-Funes. Víctor Bermúdez. Voces: Mónica Burgoa, Víctor Bermúdez. Producción: Antonio Blazquez. Música sintonía: Bobby McFerrin. Idea original para Radio 5: Víctor Bermúdez y Juan Antonio Negrete.

¿Igualdad o libertad?

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    Eremita.- ¿Cris, qué haces aquí? ¿No tienes que estudiar?
    Crisantra.- Se me han quitado las ganas.
    Primitiva.- ¡Anda! ¿Te has vuelto normal de golpe?
    Crisantra.- ¿Sabéis qué le ha pasado a mi hermano?
    Primitiva.- ¿Al friki de tu herman.. al que estudiaba derecho?
    Crisantra.- Quería hacer el doctorado en la universidad de Cambril, la mejor de Tarragona, y con las notas que tiene van y le dicen que no quedan plazas...
    Eremita.- ¿Había mejores candidatos?
    Crisanta.- ¡No! Había dos con peor nota, pero uno era ciego, y otro un emigrante pobre, así que los han admitido a ellos. ¡No es justo!
    Eremita. - ¿Qué no es justo? ¿Nacer ciego?
    Primitiva.- O en Pobristán del sur...
    Crisantra.- Jolín, lo de mi hermano. Ha estado estudiando día y noche durante un año, y tiene ciento catorce de coeficiente... ¿Qué culpa tiene él de que nazca gente ciega o pobre?
    Primitiva: ¿Y los ciegos de serlo? !No te fastidia! !Qué te hubiera tocado a ti nacer en Pobristán!
    Crisantra.- Pero es que esto es cuestión de mérito, tía, no de suerte, sea buena o mala.
    Eremita.- Bueno, el coeficiente intelectual de tu hermano también es cosa de suerte, y que sea tan voluntarioso igual depende de la familia en la que le-ha- tocado-nacer.
    Crisantra.- O sea, que según vosotras, lo que cuenta no es ser el mejor ¡Pues vaya mundo de mediocres nos espera!
    Eremita.- Lo que tiene que ser mejor, y más justo, es el mundo.
    Primitiva.- ¡Y que un ciego o un pobre puedan estudiar en la mejor universidad!
    Crisantra.- Os equivocáis. Un mundo mejor es aquel en el que lo que cuenta es solo el mérito. Así habrá excelentes médicos y políticos que nos libren de la ceguera y la pobreza.
    Primitiva: !Ja! ¿Y quién nos libra ahora de la injusticia y la desigualdad!
    Crisantra.- Vale. Pues nada, saquémonos un ojo los que tenemos dos, para compensar a los ciegos. ¡Y qué todos seamos tuertos! ¡Es lo justo! ¿No?
    Eremita.- Ja, ja. Tanta igualdad nos iba a salir por un ojo de la cara.



    ¿Cuál es la manera idónea o justa de repartir riqueza y oportunidades?

    Para los filósofos más liberales lo justo es que cada individuo disfrute libremente de todo lo que consigue por su esfuerzo y competencia, sin verse forzado a repartirlo con los demás.

    Para otros filósofos, como John Rawls, el talento o la capacidad dependen en gran medida del azar genético o del entorno, por lo que no representan ningún mérito. Nadie es responsable de nacer más o menos inteligente. Ni de haber sido educado mejor o peor. Para reparar esta injusta situación de partida hay que obligar a los más afortunados a compensar a los demás. Por ejemplo, pagando más impuestos, o acatando políticas de discriminación positiva.

    Ahora bien, ¿no deberíamos entonces obligar a la donación de riñones o brazos para compensar a los que tienen la desgracia de nacer sin ellos?... Casi todo el mundo consideraría esto como un atentado a la libertad del individuo. ¿Pero no lo será también obligar a los que más tienen a donar, con sus impuestos, a los que tienen menos? ¿Hemos de anteponer la igualdad y la solidaridad, o bien la libertad de cada individuo para disponer de lo “suyo”?

    ¿Qué pensáis? ¿Se debe anteponer la igualdad a la libertad individual, o justo lo oontrario?

    Guión: Víctor Bermúdez . Actores: Eva Romero, Gema Ortiz, María Ruíz-Funes. Voces: Mónica Burgoa, Víctor Bermúdez. Producción: Antonio Blazquez. Música sintonía: Bobby McFerrin. Idea original para Radio 5: Víctor Bermúdez y Juan Antonio Negrete.

Diseño inteligente


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Cova.- ¿No habéis alucinado hoy con la clase de biología? ¡No sabía que un ojo fuera tan precioso!
Espe.- Lo habría disfrutado más si no hubiera estado pensando en el pobre animal al que se lo han quitado… Alucino también con nuestra crueldad.
Cova.- Vale, pero piensa en el ojo: ¿no os dio la total sensación de que eso lo ha diseñado alguien superinteligente?
Madriguero.- ¡Un extraterrestre!
Cova.- ¡No, tonto!
Madriguero.- Cova, ya sabemos que eres creyente, así que se ve por dónde vas.
Cova.- ¿¡Entonces no puedo hablar, por ser creyente!?
Espe.- Tiene razón, Madriguero, no está bien que desprecies de antemano sus razonamientos.
Cova.- Todo ese orden no puede surgir por casualidad.
Madriguero.- Por casualidad no, por causalidad: por un montón de mutaciones y adaptaciones.
Cova.- ¡Es increíble que en un mundo ciego pudiera nacer algo tan maravilloso! Solo un obcecado puede negar eso.
Madriguero.- Pues la profa de biología tiene que ser una obcecada… Tú quieres meter a Dios ahí como sea, pero la ciencia es incompatible con la creencia religiosa. La ciencia se basa en lo comprobable, en los datos.
Cova.- ¡Pues hay muchos científicos creyentes!
Madriguero.- El miedo es libre…
Cova.- No es por miedo, sino por admiración. ¿Tú qué crees, Espe?
Espe.- ¡Uf!, es muy difícil. Creo que el universo está lleno de cosas preciosas, pero también de cosas horribles.
Madriguero.- ¡Yo, yo soy la mejor prueba de que no me ha diseñado ningún sabio!
Cova.- Pero las cosas feas se deben a nosotros, Espe.
Espe.- ¿Los tsunamis se deben a nosotros…? Cova, en el mundo ocurre mucho dolor inútil...
Cova.- Yo creo que todo lo malo tiene una explicación, que Dios lo hace por algo.
Madriguero.- ¡Sí, para divertirse: primero crea a los dinosaurios y luego los destruye!
Espe.- Así, Cova, pase lo que pase, bueno o malo, tú lo creerás justificado. ¿Para qué empezamos, entonces, diciendo que la belleza del mundo demuestra que hay un Diseñador? ¡También si es horrible creerás que lo hay!
Cova.- ¿Entonces tú crees que es estúpido creer en un ser superior?
Espe.- No pienso que sea estúpido, y la prueba es que, como dices, personas muy inteligentes creen en ello. Pero creo que es algo que no puede mezclarse con la Ciencia. Me parece un asunto de la filosofía o de la religión. Y lo que no debe hacer uno es meterse en el terreno del otro.



¿Nos habla el universo de una Causa Inteligente? ¿Es esto deducible, compatible o incompatible con la Ciencia? Hay filósofos que piensan que tanto orden y belleza prueban que [el mundo] tiene un autor inteligente (un Arquitecto o Matemático), y otros que, en contra, piensan que no hay razones para hacer esa inferencia, o incluso para hacer la contraria.

Este debate ha revivido en los últimos tiempos en torno a la teoría de la evolución. Si somos el resultado de azarosas mutaciones y de la lucha por la supervivencia, esto significa, según algunos, la muerte de la creencia en nuestro origen sobrenatural.
Los partidarios de la idea del Diseño han adoptado diversas estrategias: una consiste en sostener que la teoría evolucionista no es más que una hipótesis: el diseño inteligente sería otra hipótesis científica alternativa, que se apoyaría en hechos biológicos que el evolucionismo no puede explicar. Pero la inmensa mayoría de la comunidad científica rechaza que la Teoría del Diseño sea verdadera ciencia, pues es meramente negativa y no explica cómo el Diseñador podría causar algo físico. La otra estrategia consiste en aceptar que el Diseño Inteligente no es una hipótesis científica, sino una teoría filosófica, y en defender que ambas son compatibles, siempre que no invadan el terreno de la otra.

¿Qué crees? ¿Habla el universo de una causa inteligente? ¿Es esto algo compatible con la ciencia? 


Guión: Juan Antonio Negrete . Actores: Eva Romero, Gema Ortiz, Víctor Bermúdez. Voces: Mónica Burgoa, Víctor Bermúdez. Producción: Antonio Blazquez. Música sintonía: Bobby McFerrin. Idea original para Radio 5: Víctor Bermúdez y Juan Antonio Negrete.