¿Igualdad o libertad?

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    Eremita.- ¿Cris, qué haces aquí? ¿No tienes que estudiar?
    Crisantra.- Se me han quitado las ganas.
    Primitiva.- ¡Anda! ¿Te has vuelto normal de golpe?
    Crisantra.- ¿Sabéis qué le ha pasado a mi hermano?
    Primitiva.- ¿Al friki de tu herman.. al que estudiaba derecho?
    Crisantra.- Quería hacer el doctorado en la universidad de Cambril, la mejor de Tarragona, y con las notas que tiene van y le dicen que no quedan plazas...
    Eremita.- ¿Había mejores candidatos?
    Crisanta.- ¡No! Había dos con peor nota, pero uno era ciego, y otro un emigrante pobre, así que los han admitido a ellos. ¡No es justo!
    Eremita. - ¿Qué no es justo? ¿Nacer ciego?
    Primitiva.- O en Pobristán del sur...
    Crisantra.- Jolín, lo de mi hermano. Ha estado estudiando día y noche durante un año, y tiene ciento catorce de coeficiente... ¿Qué culpa tiene él de que nazca gente ciega o pobre?
    Primitiva: ¿Y los ciegos de serlo? !No te fastidia! !Qué te hubiera tocado a ti nacer en Pobristán!
    Crisantra.- Pero es que esto es cuestión de mérito, tía, no de suerte, sea buena o mala.
    Eremita.- Bueno, el coeficiente intelectual de tu hermano también es cosa de suerte, y que sea tan voluntarioso igual depende de la familia en la que le-ha- tocado-nacer.
    Crisantra.- O sea, que según vosotras, lo que cuenta no es ser el mejor ¡Pues vaya mundo de mediocres nos espera!
    Eremita.- Lo que tiene que ser mejor, y más justo, es el mundo.
    Primitiva.- ¡Y que un ciego o un pobre puedan estudiar en la mejor universidad!
    Crisantra.- Os equivocáis. Un mundo mejor es aquel en el que lo que cuenta es solo el mérito. Así habrá excelentes médicos y políticos que nos libren de la ceguera y la pobreza.
    Primitiva: !Ja! ¿Y quién nos libra ahora de la injusticia y la desigualdad!
    Crisantra.- Vale. Pues nada, saquémonos un ojo los que tenemos dos, para compensar a los ciegos. ¡Y qué todos seamos tuertos! ¡Es lo justo! ¿No?
    Eremita.- Ja, ja. Tanta igualdad nos iba a salir por un ojo de la cara.



    ¿Cuál es la manera idónea o justa de repartir riqueza y oportunidades?

    Para los filósofos más liberales lo justo es que cada individuo disfrute libremente de todo lo que consigue por su esfuerzo y competencia, sin verse forzado a repartirlo con los demás.

    Para otros filósofos, como John Rawls, el talento o la capacidad dependen en gran medida del azar genético o del entorno, por lo que no representan ningún mérito. Nadie es responsable de nacer más o menos inteligente. Ni de haber sido educado mejor o peor. Para reparar esta injusta situación de partida hay que obligar a los más afortunados a compensar a los demás. Por ejemplo, pagando más impuestos, o acatando políticas de discriminación positiva.

    Ahora bien, ¿no deberíamos entonces obligar a la donación de riñones o brazos para compensar a los que tienen la desgracia de nacer sin ellos?... Casi todo el mundo consideraría esto como un atentado a la libertad del individuo. ¿Pero no lo será también obligar a los que más tienen a donar, con sus impuestos, a los que tienen menos? ¿Hemos de anteponer la igualdad y la solidaridad, o bien la libertad de cada individuo para disponer de lo “suyo”?

    ¿Qué pensáis? ¿Se debe anteponer la igualdad a la libertad individual, o justo lo oontrario?

    Guión: Víctor Bermúdez . Actores: Eva Romero, Gema Ortiz, María Ruíz-Funes. Voces: Mónica Burgoa, Víctor Bermúdez. Producción: Antonio Blazquez. Música sintonía: Bobby McFerrin. Idea original para Radio 5: Víctor Bermúdez y Juan Antonio Negrete.

6 comentarios:

  1. Normalmente, cuando alguien ondea su derecho a libertad es para remarcar su diferencia, insolidaridad, ... Pensar que la libertad llevará a la igualdad es una fantasía del sistema liberal ... Para mí igualdad en la libertad de elección.

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    1. Muchas gracias por tu comentario, Juanito. A ver si algún liberal se anima a discutírtelo.

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  4. El tema de la igualdad a mi me parece absurdo. Por ejemplo, una familia, ¿deben los padres tratar igual a sus hijos?, pues depende del tipo de hijo. ¿Que es más importante que sean justos con sus hijos o que sean firmes?. Pues creo que no hay que confundir justicia con igualdad. A veces para ser justo hay que ser desigual. Y quizá sea más justo que entre en la universidad el hermano antes que el pobre o el ciego, eso depende, habría que valorarlo. Y la valoración depende del conocimiento del otro y no puede haber un verdadero conocimiento del otro si no hay una implicación afectiva, algo que pienso que no tiene la consideracion adecuada en las politicas de igualdad.
    Trabaje de cuidador de discapacidad en una asociación sin animo de lucro. Los padres dejan alli a sus hijos durante todo el año, y claro uno pasa a ser un pequeño padre para ellos, pero a la vez uno debe ser un profesional y cumplir con los protocolos de igualdad que el Estado dictamina, entonces, imaginate la situacion. Discapacitados funcionalmente cuidados. Si te sobreimplicas eres un mal profesional y los usuarios una y otra vez reclamando afecto. ¿Que tipo de igualdad es esta?. Objetivo, conseguir subvenciones del Estado haciendo cumplir unos protocoles de igualdad con los usuarios que carecen de atencion afectiva. Los trabajadores cada dia se parecen mas a robots. ¿Esta es la igualdad que quiere el estado.?. No me parece un enfoque correcto.

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    1. Muchas gracias por su inteligente comentario. En efecto, parece muy problemático equiparar, sin más, justicia e igualdad. No somos particularmente iguales ni lo son nuestras circunstancias (especialmente, como ud. indica, las afectivas). Un cordial saludo.

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