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Voz en off.- Año 2150 de nuestra era
Espe.- ¿Qué eso
que llevas ahí, Felisa?
Felisa.- ¿Esta
máquina? Yo lo llamo mi GPS
Cova.- ¿Tan
desorientada andas?
Felisa.- No lo
entendéis, chicas. Esto es el último avance de la ciencia: hace
continuamente un escáner de mi cerebro y de mi alrededor, y calcula
lo que voy a pensar, sentir y decidir dentro de un rato, o incluso de
unos días. Es como ver la película de tu vida.
Cova.- ¡Como mola!
¡A ver si me lo pasas!
Espe.- Y ¿de qué
te sirve?
Felisa.- ¿¡Cómo
que de qué!? Si tengo que tomar una decisión chunga (ejemplo
inminente: decirle al tonto de Juan Hoyo que si quiere salir
conmigo), miro este cacharro y me dice lo que voy a terminar
decidiendo. Así no me como la cabeza…
Covandoga.- ¿Y no
se equivoca?
Felisa.- A veces
falla un poco, porque no cuenta con todos los imprevistos, pero es
bastante fiable, y se va perfeccionando. ¿Queréis una demostración?
Espe.- ¿Entonces,
dejas que ese trasto decida todo lo que vas hacer, tú ya no tomas
decisiones?
Felisa.- ¿Yo, para
qué, si ya está todo escrito?
Espe.- Y ¿no puedes
cambiar de parecer, aunque solo sea para llevarle la contraria a la
máquina?
Felisa.- ¡Ya cuenta
ella con eso, es muy lista! Y ese es el lado malo: que muchas veces,
por mirarla, me dice [voz de máquina]: “Se modifica la previsión
para dentro de cinco minutos”…
Espe.- Pues yo creo
que ya sé lo que me diría en cuanto que la tuviese en mis manos.
Covandoga.- ¿Qué?
Espe.- Diría: (voz
de maquinita) “Usted va a tomar inmediatamente la decisión de…
¡oh, no, no: DESHACERSE DE MÍ!!!”
Covandoga.- ¡Ja,
ja, ja!
Felisa.- ¿Qué
pasa: no te lo crees, que funciona?
Espe.- No digo que
no me lo crea. Digo que… prefiero vivir la vida, más que
presenciarla.
¿Somos
realmente libres, o solo ocurre que ignoramos lo que está escrito
que necesariamente vamos a hacer? El sentido común, y algunos
filósofos, creen que sí tomamos decisiones libremente. Pero esto es
muy problemático, si se piensa un poco, porque ¿cómo una mente, o
un cerebro, podría cambiar el curso natural de los acontecimientos?
Por eso,
otros filósofos niegan la libertad. Antiguamente se creía más en
un determinismo divino (todo lo mueven los hilos de la Parca); pero
hoy es más corriente el determinismo materialista, que dice que,
puesto que todos nuestros movimientos están regidos por leyes
mecánicas, la libertad es una ilusión. Ni siquiera sirve de
escapatoria el hecho de que la física actual no sea completamente
determinista, sino probabilista, porque, ¿cómo podría colarse la
libertad en esa probabilidad?
Hay, por
fin, otros filósofos, llamados compatibilistas, que piensan no hay
auténtica contradicción entre libertad y determinismo:
sencillamente se trataría de dos niveles paralelos de sucesos. Lo
que, a nivel micro-físico, sería totalmente mecánico, a nivel
psicológico sucede como libre decisión. Pero ¿podemos hablar de
una decisión libre si un físico podría predecir lo que va a hacer?
¿Qué
piensas tú? ¿Eres libre para pensarlo?
Guión: Juan Antonio Negrete. Actores: Eva Romero, Laura Casado, María Ruíz-Funes. Voces: Víctor Bermúdez, Mónica Burgoa. Producción: Nono Blázquez. Música sintonía: Bobby McFerrin. Imágenes de Ryger. Idea original para Radio 5: Víctor Bermúdez y Juan Antonio Negrete.
Todo es cuestión de escalas. El Universo se nos aparece en perfecto orden si lo miramos a distancia. A medida que acercamos el ojo, observamos que la maquinaria suiza está compuesta de piezas incontrolables. ¿Cómo conviven el orden y el caos?. Todo depende del grado de influencia de cada elemento respecto a su entorno. Puedo desbaratar un hormiguero, pero no puedo acabar con una civilización, a menos que tenga el poder de un imperio. Lo mismo sucede con los objetos celestes, Hasta un gran agujero negro puede distorsionar vastas extensiones del espacio, pero no puede acabar con el Universo en su conjunto.
ResponderEliminarEstimado José Feijoo, muchas gracias por tu participación. Efectivamente, como dices, los grados de orden y de caos, así como los grados de "poder" o capacidad de las cosas para influir en las otras, es muy diverso. Tenemos libertad para ciertas cosas y no para otras, por simples razones físicas. Ahora bien, el problema de la libertad plantea una cuestión más profunda, porque es indiferente, al parecer, a orden o caos. Tanto un mundo determinista como uno indeterminista en uno u otro grado, parecen no dejar ningún sitio a la noción de libertad, es decir, a la posibilidad de actuar de una manera o de otra: tanto el orden como el caosson "deterministas" en el sentido de que no reservan ningún lugar a una decisión. ¿No crees?
EliminarDetermina la mecánica de las celulas esta conversación que tenemos sobre su determinación y si así fuera, ¿no implica eso algo que va más allá de lo mecánico.?. Si hay una determinación absoluta, me temo que su naturaleza no será mecánica.
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