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[Ruido de
manifestación].
Eremita.- ¿Qué es ese
jaleo, Petro?
Petronilo.- Nada. Son los
del pueblo sajarino. Qué piden la independencia.
Eremita.- ¿De quién
dependen ahora?
Petronilo.- De los
Marraelitas, que han ocupado sus tierras, según dicen.
E.- Ayer lo mismo con los
kurdalanes, que quieren independizarse de nosotros.
P.- Normal, ellos son
distintos.
E.- ¿Distintos?
P.- Hablan en kurdalanés,
que es una lengua muy antigua. Y, no sé, tienen otras costumbres. Y
son muy suyos.
E.- Yo también soy muy
mía. Y podría aprender kurdalanés, si me diera la gana.
P.- Sí, pero no eres de
allí.
E.- O sea, que el tema es
ser de allí.
P.- Claro.
E.- ¿Y eso qué derechos
te da?
P.- Pues todos.
Kurdalania para los kurdalanes. Así es en todos los países.
E.- Sí, ya sé que es
así. ¿Pero por qué tiene que ser así?
P. - Porque es lógico.
¿Quién va a saber lo que conviene a Kardalania mejor que las
kardalanes?
E.- Pues, no sé, alguien
muy listo que tenga buenas ideas, aunque sea sajarino, o eslovaco.
P. - Nooo. Un kardalanés
sabe mejor lo que le conviene, porque eso es suyo, ¿no lo entiendes?
E.- ¿Y por qué es suyo?
P.- Jolín, Eremita.
Porque llevan allí la tira de años.
E.- También los indios
llevaban en América la tira de años, y los okupas de mi barrio en
el caserón aquel, y...
P.- Los echaron a
patadas.
E.- Pues seguro que los
kardalanes también echaron a patadas a los que estaban antes.
P.- Así son las cosas.
Cuantas más patadas das, más derechos tienes.
E.- Pues vaya asco,tú.
P.- ¿Y qué propones?
E.- Pues que los derechos
sean cosa de las personas, no de los kardalanes o los sajarinos, y
menos de los que dan patadas.
P.- ¿Y eso qué
significa?
E.- A ver, ¿qué es un
persona?
P.- Pues, conociéndote,
te diría que es alguien que razona libremente, o algo así.
E.- Pues entonces los
derechos tendrían que ser aquellos que nos parecieran razonables.
P.- O sea, nada de
patadas.
E.- Ni nada de hablar un
idioma u otro, o de bailar así o asá, o de rezar hacia un lado u
otro... Todo eso tiene poco que ver con que seas más o menos
razonable.
P.- Pero es que las
personas no son solo razón, Eremita. Eso es muy frío. A la gente le
tira mucho su lugar de nacimiento, sus costumbres y todo eso.
E.- Bueno, tal vez eso
sea culpa de la educación. Hay que viajar, y conocer otras
culturas...
P.- Ay, se me olvidaba...
E.- ¿Pero qué te pasa?
¿Te vas?
P.- Que tenía ahora
examen de cultura caverneña y conocimiento
del medio, y se me había olvidado.
E.- Pues hala, corre, que
te pierdes lo de cantar el himno.
P.- Eso ya no lo hacemos,
mujer.
E.- Ya, ya...
El
nacionalismo es una ideología política desarrollada durante los dos
últimos siglos, especialmente en Europa, aunque con precedentes en
otras épocas y extendida hoy por todo el mundo. La idea central es
que la soberanía o legitimidad política reside en la nación,
entendiendo a esta como una comunidad, vinculada a un territorio, que
comparte ciertos rasgos étnicos y/o culturales y en la que, según
algunas versiones, los individuos manifiestan la voluntad de vivir
juntos.
Para
algunos defensores del nacionalismo, la constitución del Estado a
partir de la nación y del concepto de soberanía nacional responde a
un modo de legitimación
natural, en
tanto el ser humano nunca es, por su naturaleza social, un individuo
aislado, sino miembro de una comunidad concreta, en la interacción
con la cual se hace posible su humanidad y su identidad personal.
Otros, identifican el nacionalismo como un modo de defensa de
prácticas políticas, valores, tradiciones y recursos naturales
amenazados por la globalización y el mercado.
Para
los críticos al nacionalismo, los derechos políticos no deben
restringirse en función de la pertenencia, casual, a una comunidad
nacional u otra. Para los no nacionalistas, el sujeto soberano es el
ciudadanos, y no la nación, considerada esta como una abstracción
política que, además, es creada para favorecer los intereses de
ciertas élites sociales. Para estos críticos, el nacionalismo es
causa de divisiones y guerras, distorsiona u oculta los verdaderos
problemas sociales, y responde a criterios muy discutibles, como la
discriminación étnica o cultural de los ciudadanos, o el recurso a
la historia o la tradición para fundar derechos de propiedad o de
autodeterminación política.
¿Qué
te parece a ti? ¿Es el nacionalismo una teoría política aceptable
o justa?
Guión: Víctor Bermúdez . Actores: Jonathan González, Eva Romero. Voces: Chus García Fernández, Víctor Bermúdez. Producción: Antonio Blazquez. Música sintonía: Bobby McFerrin. Dibujos: Marién Sauceda. Idea original para Radio 5: Víctor Bermúdez y Juan Antonio Negrete.
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