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Primitiva -
(Cabreada)... Venga, no me digas... No sólo estás todo el día
encerrada en el Instituto estudiando como una enana, sino que encima
viene el de filosofía y dice que nada tiene sentido y que qué
hacemos aquí... ¡Pues que lo digan antes y no venimos!
Eremita -. Lo
que este quiere es que pensemos. Que lo de filosofía es de pensar,
vamos.
Primi -. Sí,
de pensar en la hora de salir, no te j...
Eremita -.
(cortante) Pues no vengas tía.
Primi-. ¡Tú
también con ese rollo! En la vida ha visto un profesor que te diga
que no vengas si no quieres. ¡Pues que no venga él...!
Eremita -. O
sea que en el fondo sí quieres venir...
Primi-. ¡J..., yo
vengo porque tengo que venir. Porque si no mis padres pasan de mí..!
Mira, yo aguanto aquí este año, y después me piro con mis colegas
y nos montamos un chiringuito en Ibiza o algún sitio así. ¡Y vais
a flipar! No veas. Pelas a mogollón. ¡Y de fiesta por las noches!
¡Playita, tíos buenos...! Jajaja...
Eremita.- Eres más
simple que una persiana. ¿Vas a pasarte la vida de fiesta en fiesta?
¡Menudo rollo!
Primi- Ay, perdona.
No me acordaba que estoy ante la próximo premio nobel de todas las
ciencias. ¿Y qué vas a hacer tú con tu vida, querida Eremita?
¿Escribir novelas? ¿Investigar la vida sexual de los caracoles?
¡Pues yo prefiero comérmelos!
Eremita. - No sé,
Primi... (soñadora) A mi me gustaría levantarme todas las mañanas
con la ilusión de hacer algo realmente valioso, y no pensando que me
espera un trabajo rutinario y esperando que llegue la noche o el fin
de semana ... Mira, leí una vez una frase, algo así como: “vivir
no merece la pena, si no hay algo por lo que estés dispuesto a
morir”.
Primi.- ¡Quiá!...
Eso es un rollo. Lo que hay que hacer es vivir a tope el momento y
pasar de comerse el tarro. ¡Para cuatro días que vamos a estar
aquí!
Eremita.- Pero no te
entiendo. ¿Vivir a tope es ir sin ganas al Instituto o al trabajo,
mirar la tele y estar de marcha todos los viernes con los colegas?
¿Así, un año tras otro...? ¿Crees que cuando tengas cuarenta años
no vas a pensar que has desperdiciado tu vida, haciendo siempre las
mismas cosas?
Primi.- Bueno,
también pienso tener mi familia, ojo. ¿Es que eso no es suficiente?
Ere.- Para mí, no.
Mucha gente tiene familia porque todo el mundo la tiene, por no estar
sólo. O yo qué sé. Para que sus hijos tengan hijos y así una y
otra vez, como hormiguitas, todos por el mismo camino...¡¡Eso no
tiene sentido!!
Primi.- ¿Y lo que
tú quieres hacer sí? ¿Para qué te vas a complicar la vida,
Eremita, si te vas a morir igual! Bueno, igual le ponen tu nombre a
una calle, pero de qué te sirve una vez muerta...
Ere.- ... Mira, ahí
viene la Crisantra.
Crisantra.- Hola
chicos, ¿de qué habláis, que os veía discutir desde lejos?
Primi.- ¡Del
sentido de la vida, jaja!
Cris.- Hala, sí que
os ha dado fuerte la filosofía, ¿no?
Crisantra.- Esta,
que no sabe qué hacer con su triste existencia.
Ere.- De triste
nada, melón... Hablaba de saber qué sentido tiene lo que hacemos,
estudiar y todo eso. Y de qué me gustaría encontrar algo por lo que
luchar y que diera significado a mi vida...
Cris.- Yo ya he
decidido que voy a hacer medicina. Mi hermana ya ha empezado y dice
qué es superduro pero mola tía, salvar a los demás y todo eso.
Ere.- Ya pero, ¿para
qué? Al final van a morir también.
Cris.- Sí tía,
pero los médicos cada vez saben más cosas. Y además yo quiero
ayudar a los demás. Yo creo que sería feliz así...
Primi.- ¿Feliz? Vas
a estar todo el día con enfermos deprimidos, rodeada de sangre y de
gente gritando... Y además, como dice ésta, al final todo el mundo
se muere.
Cris.- Sí, pero
gracias a mi van a sufrir menos, y a vivir más. Los médicos son más
necesarios que cualquier otra cosa. Además, la mayoría son
buenísimas personas, y con mucha experiencia. Mi tío es médico
jubilado y cuenta historias superbonitas; yo hasta lloro a veces...
Primi.- (Con
ironía) Tía, qué buena vas a ser. Seguro que vas al cielo.
Cris.- Eso no lo sé.
Pero si sé que Dios me ha puesto en este mundo para hacer el bien a
los demás.
Primi.- Sí, hombre,
que Dios está ahí arriba organizándolo todo desde su oficina... ¿Y
eso como lo sabes?
Cris.- Ya estamos.
No todo tiene explicación, Primi. Con estas cosas o se tiene fe o
no. Y punto.
Primi.- Vale, pues
yo no me creo esos rollos de curas. Paso.
Ere.- (Un poco
cabreada) ¿Y por qué sigues aquí y no pasas de hablar con
nosotras? ¿No dices que pasas de todo?... Pues venga...
Primi.- Bueno, tía,
no te sulfures. ¿Qué pasa, que tu también le das al incienso y al
agua bendita?
Ere.- No. Yo tampoco
creo mucho en Dios. Y eso de que hizo el mundo en siete días, y que
si el hijo crucificado, y la virgen... Buf. A mi al menos no me entra
en la cabeza...Pero yo también creo, como Cris, que tengo que estar
aquí para algo. Qué todo esto tiene algún sentido. El de filosofía
dice que todo tiene que tener alguna explicación lógica.
Cris.- ¿Sí? ¿Cuál?
Explícamela, anda.
Primi.- Macho,
estáis flipando las dos. O sea: no me puedo creer que estéis
teniendo esta conversación. Que no...
En el diálogo se
muestran tres actitudes distintas ante el problema del sentido de la
vida. La indiferencia ante el problema, la religión, y la búsqueda
de una explicación racional. ¿Cuál crees tú que es el sentido de
nuestra vida?
Guión: Víctor Bermúdez . Actores: Eva Romero, María Ruíz-Funes, Laura Casado. Voces: Chus García y Víctor Bermúdez. Producción: Antonio Blazquez. Música sintonía: Bobby McFerrin. Dibujos: Marién Sauceda. Idea original para Radio 5: Víctor Bermúdez y Juan Antonio Negrete.
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