Aristóteles y la felicidad

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Periodista.- Queridos cavernioyentes, tras varios siglos de gestiones, hemos logrado, al fin, una entrevista con Aristóteles, alias el Estagirita, quien, según su costumbre, nos ha invitado a pasear con él y discutir sobre la felicidad. Buenas tardes, maestro.
Aristóteles: Buenas tardes a los oyentes de todos los siglos.
Periodista: Maestro, usted  ha hablado y escrito mucho sobre la felicidad, sin ir más lejos en su famosa obra Etica a Nicómaco. Han pasado veinticinco siglos y seguimos buscándola, sin demasiado éxito. ¿Qué nos pasa?
A.- Lo bello es difícil, que diría mi amigo Platón.
P.- Se ha dicho que hasta intentar definirla es un problema.
A.- Definirla es sencillo. La felicidad es el fin de la vida humana, y la forma de ser correspondiente con ese fin.
P. ¿La felicidad una forma de ser? ¿Podría ser más concreto?
A.- Claro. Lo primero para ser feliz es vivir de cierta forma. Y lo primero de lo primero, vivir de forma que, además de comer, beber y cosas así, seas querido y respetado por los demás...
P.- Da usted mucho valor a la amistad.
A.- Nadie puede ser feliz sin amigos. A diferencia de la familia, los amigos se escogen y se merecen. La amistad con los mejores nos obliga a hacernos mejores...
P.- Sr. Aristóteles, los alimentos y los amigos son necesarios para la felicidad, pero, ¿son suficientes?
A.- No del todo. La felicidad consiste, como diríais hoy, en realizarnos como personas.
P. - ¿Y que tenemos que hacer para eso?
A.- Lo primero: saber qué es una persona.
P.- Ud. ha definido a las personas como seres racionales, y también como “animales políticos”...
A.- Cierto. De un lado somos animales racionales, y nuestro fin es comprender las cosas. Y del otro, inseparable del primero, somos seres sociales que tenemos que convivir según el arte de la política.
P.- ¿Y de ambas cosas depende la felicidad?
A.- De las dos. Vivir como seres racionales es lo mismo que convivir como ciudadanos.
P.- ¿No vale, entonces, ser un lobo solitario?
A.- Para desarrollar la razón es necesario dialogar y aprender de los demás, y esto solo puede darse entre ciudadanos libres y educados en una sociedad bien ordenada y justa.
P.- Mucha gente, en nuestra época, piensa que la felicidad nada tiene que ver con la política ni, menos aún, con la razón o el conocimiento. ¿Qué opina de esa opinión?
A.- Yo creo que vivir fuera de la ciudad y de sus problemas, nos animaliza. Y que abotargar el entendimiento, también. Y una persona no puede ser feliz sin ser lo que es, viviendo como un animal.
P.- ¿Tan esencial es razonar y entender? Mucha gente piensa que se es más feliz sin tanto filosofar...
A.- Tal vez. Pero solo nosotros, los humanos, podemos asombrarnos ante el mundo y sus misterios, y preguntarnos por ellos. Esa admiración y reflexión es lo que da sentido a la vida de muchos de nosotros. De ahí que nos dediquemos a la ciencia y la filosofía...
P.- Pero, y las carreras de carros, maestro, y las comedias de Aristófanes, o embriagarse con vino...
A.- No niego que todo eso, en su justa medida y sin excesos, pueda contribuir a la felicidad. Pero me extraña que alguien no tenga más aspiración en la vida que asistir a las carreras de carros o emborracharse con el arte o el néctar de Dionisos. Tal vez le falte educación...
P.- O tal vez tenga, el pobre, alma de esclavo.
A.- Eso insinué alguna vez, sí. Pero ahora, con el correr de los siglos, ya no lo tengo tan claro.

¿Qué piensas tú? ¿Es la felicidad el fin de la vida humana? ¿Y en qué crees que consiste?...


Guión: Víctor Bermúdez . Actores: Jonathan González, Víctor Bermúdez. Producción: Antonio Blazquez. Música sintonía: Bobby McFerrin. Dibujos: Marién Sauceda. Idea original para Radio 5: Víctor Bermúdez y Juan Antonio Negrete.



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