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[Ruido de tráfico. De un autobús o metro, que va
parando. Voces en varias lenguas. Sonidos urbanos]
Petronilo.- Tienes mala cara, Eremita. ¿Has pasado la
noche en vela, o qué?
Eremita.- Pues sí. Toda la noche desvelada... por un
velo.
Petronilo.- ¿Por un velo?
Eremita.- Por una amiga mía musulmana, Hirá. El
director del instituto le ha dicho que no puede venir con velo en la
cabeza.
Petronilo.- Con el hiyab.
Eremita.- Eso. Le dicen que es un símbolo de la
sumisión de la mujer, y que eso no se puede permitir en un centro
educativo.
Petronilo.- ¿Y a ti que te parece?
Eremita.- Pues que, en parte, es verdad. Aunque no me
parece que la solución sea prohibir que lo lleve, sino mostrarle
otras formas de vestir, y que ella elija la mejor.
Petronilo.- ¿La mejor? ¿La mejor según quién? Eso
depende de cada cultura, Eremita. Y en la de tu amiga Hirá lo mejor
es cubrirse la cabeza con un bonito velo.
Eremita.- ¿Y someterte a los hombres? ¿Y no poder
mostrar tu pelo si tú quieres?
Petronilo.- Es que ella no
quiere, Ere. Es su moral, su cultura. Y en
esto de la moral no es verdad que lo bueno para ti tenga que ser lo
bueno para todos.
Eremita.- O sea, que si en una cultura se mata a
pedradas a los pecadores o se acuchilla a un animal para divertirse,
todo eso está muy bien, porque es su cultura.
Petronilo.- Pues, aunque no nos guste, sí. Para ellos
está bien.
Eremita.- ¿Y si vivieran aquí, con nosotros, habría
que permitirles que apedrearan y acuchillaran?
Petronilo.- (Con ironía) Bueno, en lo de acuchillar
animales tal vez podríamos integrarlos fácilmente. Pero en lo de
apedrear personas no.
Eremita.- ¿Por qué no? Para ellos no es malo. Imagina,
además, que a quien apedrean por adúltera es a una de sus mujeres,
quien, como tú dices, acepta que le toca morir a pedradas, porque es
su cultura.
Petronilo.- ¿Y qué? Aquí no está permitido apedrear
a nadie. Y deben respetar nuestra moral y nuestras leyes.
Eremita.- ¿Por qué deben respetarlas? ¿No dices que
no hay nada bueno ni malo que deba serlo para todos?
Petronilo.- Bueno. Por que están en nuestro país. Y
deben cumplir nuestras leyes.
Eremita.- ¿Aunque no les resulten justas ni
convincentes?
Petronilo.- Las leyes se cumplen y punto.
Eremita.- (Con ironía y escarnio) ¡Eso! ¡Y si no, los
matamos a pedradas!
Petronilo.- ¡Yo no he dicho eso!
Eremita.- Bueno, sugieres que, como nada puede ser justo
o injusto para todos, al final la solución es la fuerza. Aunque sea
la de la ley.
Petronilo.- ¡Este es nuestro país! ¡Y aquí debe
prevalecer lo que nosotros creemos que es justo!
Eremita.- ¿Y es eso justo?
Petronilo.- ¡Claro!
Eremita.- ¿Te has parado a pensar si es justo que este
sea “nuestro” país y si es justo que impongamos nuestra idea de
justicia a otros?
Petronilo.- No te entiendo.
Eremita. - Normal. Si lo justo significa cosas distintas
para cada uno, es imposible entenderse. Es como si todos
lleváramos... un velo encima.
Las culturas humanas son muy diversas. Cuando esta
diversidad cultural se da en un mismo lugar de habla de
“multiculturalismo”. El multiculturalismo acarrea, a veces,
problemas como el que se refleja en el diálogo. Las respuestas a
estos problemas dependen de nuestra orientación o enfoque
ideológico.
Si se piensa que las diferencias entre las culturas que
conviven juntas son insalvables, se adoptan posturas que van desde el
etnocentrismo al relativismo cultural. El etnocentrismo es la idea de
que una de las culturas es inconmensurablemente superior a las demás
y que, por tanto, ha de imponerse forzosamente a estas. El
relativismo cultural es la teoría de que no existe ningún criterio
común desde el que comparar o valorar distintas culturas, y que, por
tanto, ninguna es mejor que otra, por lo que no tenemos autoridad
ninguna para juzgar las creencias y prácticas de culturas distintas
a la nuestra.
Cuando se piensa que las diferencias entre culturas son
salvables, se pueden adoptar posiciones como el interculturalismo y
la asimilación. El interculturalismo afirma que existen elementos
esenciales a todas las culturas, gracias a los cuales es posible
establecer mínimos morales y leyes comunes. Más allá de esto, la
teoría de la asimilación cree que hay culturas objetivamente
superiores y que las demás han de asimilarse a ellas, no
necesariamente a la fuerza, sino más bien a través de la educación.
Desde esta doble perspectiva, cabría establecer, o descubrir, un
ideal de justicia común desde el que juzgar cualquier conducta
cultural, independientemente del lugar y la época en que esta se
diera.
¿Qué crees tú? ¿Son todas las culturas igualmente
diferentes, y ninguna mejor ni peor, o es posible establecer
criterios objetivos de justicia, válidos para todas las culturas?
Guión: Víctor Bermúdez . Actores: Eva Romero, Jonathan González..Voces: Chus García Fernández, Víctor Bermúdez. Producción: Antonio Blazquez. Música sintonía: Bobby McFerrin. Dibujos: Marién Sauceda. Idea original para Radio 5: Víctor Bermúdez y Juan Antonio Negrete.
Creí que se involucrarían más en sus comentarios, ha estado "bien" pero podría haber estado mucho mejor. No nos han dicho nada nuevo porque me temo que no han sido totalmente sinceros para no ser políticamente incorrectos.
ResponderEliminarHola Sonialópez, sentimos no habernos pronunciado de forma más clara y personal. Comprendemos tu crítica y haremos por mejorar. Ten en cuenta que el objetivo es provocar la reflexión y el debate y, para eso, creemos que conviene no involucrarse demasiado con una u otra posición. Tal vez, como tú indicas, nos hemos "pasado" de neutrales en esta ocasión. Un cordial saludo.
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